Ciudad de México; 13 de agosto de 2019. Compras en tiendas físicas y en línea, comidas en restaurantes y bebidas en bares paralizaron las actividades de los mexicanos la mayor parte de la mañana y tarde del sábado 10 de agosto.
El escenario apocalíptico -en términos financieros- al verse limitado el consumo por la dependencia a los pagos electrónicos dejó ver no solamente a un país que aún debe resolver problemas antes de migrar al México sin efectivo, también exhibió la falta de competencia en los sistemas de procesamiento de tarjetas, las vulnerabilidades en caso de fallos y la correspondencia tardía que se exhibió por parte de las autoridades y empresas involucradas.
En esta ocasión no se trató de un ciberataque, sino de una falla en uno de los procesadores de transacciones electrónicas o Cámara de Compensación de Pagos con Tarjeta del Data Center de Santa Fe de la empresa Prosa, la más grande en América Latina y que se asume como una de las 10 más importantes a nivel mundial.
Carlos Estrada, consultor de VESTIGA, comentó que una cuarta parte del equipo de infraestructura crítica renunció a la empresa para moverse a E-Global o Mastercard. Estas dos son la competencia de Prosa.
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