La pandemia infectó a la economía del mundo, y el “rebote” financiero que se dio en varios Estados, como es el caso de México, trajo un panorama ficticio que daba esperanzas tanto a personas físicas como morales. No obstante, los indicadores macroeconómicos son más contundentes.
Sí, el PIB de México tuvo un alza de 5% en 2021, y es la primera vez en el sexenio que se reporta un crecimiento en el indicador anual. Sin embargo, las campanas de optimismo no pueden resonar como se quisiera, ya que el país viene de una contracción de 8.5% en 2020.
De acuerdo con la Estimación Oportuna del Producto Interno Bruto publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la economía tuvo un desliz de 0.1% en el cuarto trimestre de 2021, en comparación con el trimestre anterior. Esto significó dos trimestres consecutivos a la baja.
“Tendríamos lo que técnicamente muchos economistas consideran la condición suficiente para declarar una recesión: dos trimestres negativos consecutivos y, de ser así, tendríamos en paralelo una circunstancia de inflación elevada (más de 7% y con tendencia al alza) y la conclusión es de que todo apunta hacia una situación de estanflación en México”, expuso el socio director de VESTIGA, Sergio Díaz.
Para el especialista, una de las principales preocupaciones sobre la estanflación no es su existencia en este momento, sino su prolongación por un período largo y “ello supone retos muy serios a la gestión económica de empresas, sociedad y gobierno en el país”.
De acuerdo con Monex, al interior del PIB la caída provino del sector terciario, que retrocedió en un orden de 0.68% y concretó un avance total de 4.2% en 2021 tras haber caído 8.3% un año antes.